Explorando la Alsacia: Mulhouse

Situada en la frontera oriental de Francia y justo al lado de Alemania y Suiza, Alsacia es una región mágica y llena de sorpresas. Gracias a nuestra nueva serie de relatos, seréis vosotros los protagonistas de ese lugar tan especial y podréis saborear algunas de sus maravillas.

Por Alessandra Ivaldi / 15.12.2019

Rompiendo las expectativas de los lectores, nuestro viaje alsaciano no empieza desde Estrasburgo que, además de ser la ciudad local más destacada, es la cuna de numerosas organizaciones internacionales. Nuestra primera etapa es Mulhouse, la segunda ciudad de Alsacia, que no se encuentra lejos de la frontera con Suiza.
Mulhouse es una ciudad cosmopolita donde historia y modernidad se entrelazan creando un balance extraordinario. La leyenda cuenta que, en el pasado, un molino de agua fue el centro neurálgico de la primera comunidad local que, tras desarrollarse y expandirse, fundó la ciudad de Mulhouse. De hecho, su nombre originario era Mülhausen, palabra alemana compuesta por Mühl (molino) y Hausen (viviendas).

Place de la Réunion. Imagen @OMAR-MALO

En un principio se trataba de una ciudad-estado que más tarde se convirtió en la República de Mulhouse.
Entre los siglos XVIII y XIX, la ciudad vio dos transformaciones importantes: primero, se convirtió en una ciudad industrial tan poderosa que fue bautizada “Manchester francesa”. Sí, hemos dicho francesa, porque Mulhouse para entonces ya había perdido su independencia y se había unido a Francia. Su fábrica local de tejidos se construyó justo durante esa época y se convirtió en uno de los símbolos de la Revolución Industrial en la Europa continental.

Evidentemente, esos acontecimientos históricos y económicos tuvieron una fuerte influencia en el desarrollo de la ciudad, que se expandió y vio una rápida incrementación demográfica gracias a los movimientos migratorios del campo al mundo urbano. Hoy día la ciudad sigue teniendo una identidad marcada por su importante pasado industrial, como podemos notar en los museos localizados en el centro y en las afueras de Mulhouse. No es casualidad que Mulhouse se considere capitale européenne des musées techniques (en francés: capital europea de los museos de la técnica).

Ayuntamiento de Mulhouse

De hecho, Mulhouse cuenta con la Cité de l’Automobile, el museo de automóviles más grande del mundo. En su interior los visitantes pueden admirar la enorme e impresionante colección de coches antiguos y coches de carreras pertenecientes a Fritz Schlumpf, un rico empresario industrial de la época. Recientemente, a esta colección se han añadido varias piezas de distintas épocas, hasta llegar a los automóviles más modernos y tecnológicos en el mercado. A parte de todo eso, el museo también presenta simuladores y exposiciones interactivas.

Otra atracción imprescindible de Mulhouse es la Cité du Train. Tal y como la Ciudad del Automóvil, este museo brinda a los visitantes la oportunidad de descubrir todos los secretos de la historia del tren y de los ferrocarriles, a través de viajes en vehículos de las más diversas épocas históricas y de todos los países.

Sin embargo, Mulhouse tiene mucho más que ofrecer, como Electrópolis, el museo de la energía eléctrica, y Le Musée de l’Impression sur Étoffes que acoge los tejidos más prestigiosos y las creaciones más artísticas que las empresas locales de tejidos han querido guardar para exponerlas.

Mulhouse también es un cruce entre tres países diferentes, por lo tanto reservar en esta ciudad es una buena opción para poder salir a descubrir la Selva Negra en Alemania, o para visitar Suiza. Ahí queremos destacar Basilea, una ciudad cerca de la frontera francesa que brinda numerosas atracciones.

En cambio, si nos quedamos en Francia podemos dirigirnos hacia el Norte e ir de visita a las increíbles Colmar y Estrasburgo. Estas dos ciudades son etapas imprescindibles para quienes planeen un viaje a Alsacia.
El hecho de ser una ciudad fronteriza ha influenciado la arquitectura de Mulhouse, que presenta peculiaridades que la distinguen del resto de Alsacia. Las viviendas del casco antiguo se ven caracterizadas por sus paredes pintadas y embellecidas por frescos impresionantes, detalles ausentes en otros lados de la región y que se cree que hallan sus orígenes en la cultura arquitectónica suiza.

Iglesia de Saint-Étienne. Imagen @Timothy Keefe.

Entre todos los edificios que decoran Mulhouse destaca el ayuntamiento de la ciudad que, por sus frescos y mármoles muy complejos, deja a los visitantes sin aliento. Frente al ayuntamiento, se asoma la imponente y majestuosa iglesia de Saint-Étienne. Las dos construcciones están situadas a ambos lados de la Place de la Réunion, una plaza que representa el corazón de esta ciudad encantadora. Sin embargo, nuestro viaje no se acaba aquí, aún queda mucho por explorar. Desde luego, esta parte de Alsacia guarda muchas sorpresas…

Autora

Alessandra Ivaldi (Italia)

Habla: Italiano, inglés, alemán, francés

Europa es… patrimonio cultural

sitio web: https://iva1794.wixsite.com/home

Traducción

Nazzareno Lacidogna (Italia)
 
Educiación: grado en "Mediazione linguistica e culturale", posgrado en "Comunicazione e Media"
 
Lenguas: italiano, español, inglés, francés, japonés
 
Europa es... oportunidad para conseguir una vida mejor
 

Revisión

Monica Nicol (Italia)

Estudios: Traducción

Idiomas: italiano, inglés, español, catalán

Europa es... un puente entre lenguas y culturas diferentes

Ilustradora

Daria Subkhangulova (Rusia)

Idiomas: ruso, inglés.

Profesión: ilustradora

Europa es...variedad y amistad.

 

Author: alessandra

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