De paseo por el centro de Europa

Siendo estudiante del curso de Organización Pública, tengo la oportunidad de irme de prácticas al extranjero. Así que me animé a concretizar esta oportunidad hacia un destino que hace mucho que tenía en mi mente: Bélgica, o mejor dicho, Bruselas, el corazón de Europa. Como empecé mi estancia de tres meses a mediados de febrero, ya ha llegado la hora de compartir con vosotros algunas de las especialidades y sensaciones sobre la capital belga.

Por Julia Mayer / 16.03.2020

Los primeros días representaron un cambio radical para mí porque, además de la nueva cultura, tuve que volver a acostumbrarme al uso de las lenguas inglesa y francesa a la vez: algo que ocurrió muy rápidamente, por suerte. Ya después de una semanita todo eso lo llevaba muy bien en el día a día. Me sentía muy a gusto en el metro, en en tranvía y en los súpers.

Ya a partir del primer día en Bruselas, sabía lo que realmente quería: visitar las instituciones europeas, o al menos verlas desde el exterior. Eso me salió muy fácil, ya que todas las instituciones se encuentran justo a la salida de la estación de metro de Schuman. Lo primero que puedes ver es el edificio principal de las Comisiones. Además, hay muchos despachos exteriores de las Comisiones especializados en otras clases de negocios por toda la ciudad,  sobre todo en el barrio europeo. De todas formas, se trata de construcciones maravillosas de admirar y que son el símbolo de la multitud de personas de todo el mundo que trabajan cada día en el corazón de Europa para crear una Europa donde merece la pena vivir.

Muy cerca de Plaza Schuman se encuentra el Parlamento Europeo donde trabajan los eurodiputados, elegidos por los ciudadanos europeos. El edificio es hasta más ancho de las otras instituciones y cuenta con muchos más cristales en su estructura, los cuales reflejan la transparencia que caracteriza el modo de actuar y de comunicar por parte de las instituciones.

Sin embargo, en Bruselas no faltan las zonas verdes. Hay unos cuantos parques justo en el casco antiguo de la ciudad que te animan a ir a dar una vuelta. Por cierto, esos parques son el lugar principal de la actividad física de las autoridades de Bruselas que deciden andar o ir a correr en ellos durante el descanso para comer.

Bruselas tiene muchas tradiciones gastronómicas también, que serán las protagonistas de otro artículo. Sin embargo, hay que decirlo: cerca del Parlamento (o hasta en toda la ciudad), en la Plaza Luxemburgo, puedes probar unas entre las mejores papas fritas del mundo. La ministra alemana Angela Merkel ya ha podido disfrutar de un almuerzo en el bar “Maison Antoine”.

Pero, ¿hay más que ver en Bruselas? ¡Por supuesto! Por ejemplo, el hombre más famoso de la ciudad, el “Manneken Pis”, el grande (metafóricamente hablando) hito de la ciudad. De toda forma, él transmite buenas vibras a los visitantes del mundo entero. Para quienes piensan que el hombre siempre va en pelotas, eso no es verdad: más de cien disfraces y trajes siempre están listos para el hombrecillo Manneken, que es capaz de presentarse con ropa adecuada para todo tipo de contexto y evento. Pero, ¿qué pasa con ese hito belga? Como ocurre siempre con los hitos en general, hay leyendas ocultas. La que más me encanta es que el chorro de agua que salía del hombrecillo hubiese ayudado a apagar un incendio que iba a destrozar la Plaza Grande por entero.

Aunque la fuente fue construida en virtud de la voluntad del Gobierno para el suministro de agua potable, el precedente cuento es el que más puedes oír y el que probablemente los turistas pueden recordar mejor. Eso es lo que nos lleva a otra atracción: la Plaza Grande.

La Plaza Grande representa el corazón del casco antiguo de la ciudad. No es casual que el ayuntamiento se encuentra justo ahí, un lugar que emociona e impresiona con sus detalles arquitectónicos y decorativos. La Plaza no sólo es un lugar de encuentro para los turistas, sino también para los autóctonos que quedan para ir a tomar algo y para admirar el panorama de las estupendas viviendas frente a una taza de buen café y un waffle o el típico chocolate belga.

Al lado de la Plaza hay unos sinuosos callejones que te invitan a pararte e ir de compras, caminos con un olor dulzón, que huelen a chocolate y waffles. Tienes que pasar unas horitas rodeado de fragancias como esas. Además, hay ciertos edificios muy peculiares: muy finos y detallados, no sólo en la Plaza Grande, sino también en los alrededores. Todo eso se encuentra en otra plaza que también se halla en el camino desde la Estación Central hasta la Plaza Grande. Ahí también abundan las tiendas de recuerdos, donde puedes escoger entre los objetos que más te llaman la atención.

Solo llevo dos semanitas andando por la ciudad belga y ya siento haber probado y vivido muchas cosas, sobre todo a través de las prácticas en la Oficina Europea de la Asociación Alemana para las Ciudades y los Ayuntamientos. Gracias a esta experiencia de trabajo he podido acercarme al Parlamento y a la Comisión desde el interior. He tenido la suerte de colaborar con los decisores y, de vez en cuando, hasta con los involucrados. Me haría mucha ilusión poder seguir mi vida aquí en un futuro, ¡también para enriquecerme con muchas experiencias más!

Autora

Julia Mayer (Alemania)

Estudios: administración pública

Idiomas: alemán, inglés, francés

Europa es... Comunidad que nos une, fundada en la paz y los valores universales, única en esa forma, indispensable para nuestra coexistencia.


Traductor

Nazzareno Lacidogna (Italia)
 
Educiación: grado en "Mediazione linguistica e culturale", posgrado en "Comunicazione e Media"
 
Lenguas: italiano, español, inglés, francés, japonés
 
Europa es... oportunidad para conseguir una vida mejor
 


Revisión

Monica Nicol (Italia)

Estudios: Traducción

Idiomas: italiano, inglés, español, catalán

Europa es... un puente entre lenguas y culturas diferentes

Author: Milena

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