Las maravillas de Suiza: un rico patrimonio histórico

Suiza es un estado relativamente pequeño, que además está lleno de maravillas por descubrir. Con el tercer y último artículo de esta breve serie sobre la Suiza noroccidental, os llevaremos a San Galo, capital del homónimo cantón.

Por Alessandra Ivaldi / 18.11.2020

En los artículos precedentes de esta serie hemos explorado con la fantasía de Escafusa y Stein am Rhein, pasando por las maravillosas cascadas del Rin. Ahora ha llegado el momento de concluir nuestro viaje con una última, famosísima parada: San Galo.

El símbolo de la ciudad es su catedral barroca, que forma parte de un gran y espectacular monasterio que también incluye una suntuosa biblioteca, que alberga alrededor de 170.000 documentos, algunos de los cuales están escritos a mano y ¡datan de hace mil años! Toda el área ha sido incluida por la UNESCO en la lista de sitios del patrimonio mundial de la humanidad.

En la biblioteca se encuentra la sala rococó más bonita de Suiza, una obra maestra sin igual, que los visitantes solo pueden visitar después de usar unas “pantuflas” especiales que les permiten atravesar este mágico lugar sin arruinar los suntuosos pisos de madera con incrustaciones. Las pantuflas son distribuidas por el personal de la biblioteca al inicio de la visita.

Además de los preciosos y antiguos volúmenes, en la habitación se guarda una momia egipcia del siglo VI a. C. y un objeto fascinante: una copia fiel de un globo terráqueo del siglo XVI inspirado en uno de los primeros mapas terrestres de la historia de la humanidad (el original fue robado y ahora se encuentra en Zurich).

Después de visitar la biblioteca, no paséis por alto la maravillosa catedral, obra del barroco tardío, con una imponente fachada caracterizada por espléndidas decoraciones, que no son más que un “sabor” de la opulencia que se puede admirar en el interior de la iglesia.

La ciudad debe su nombre al mítico monje irlandés San Gallus, que en el siglo VII fundó una ermita en esta zona… y esa humilde ermita se transformó, con el tiempo, en una de las abadías benedictinas más grandes de Europa, centro de poder y cultura. De hecho, durante muchos siglos el abad fue también el señor de la ciudad y los territorios vecinos.

Cuenta la leyenda que San Galo le dio una barra de pan a un oso hambriento, un animal que en ese momento representaba una peligrosa amenaza para la comunidad local. Para recompensar a San Galo por su generosidad, el oso decidió ayudarlo a construir una capilla para el futuro monasterio llevándole la madera necesaria para el arduo trabajo. Aún hoy en día el oso es uno de los símbolos de la ciudad y se pueden ver estatuas y otras representaciones esparcidas por el centro histórico de San Galo.

En este sentido, es muy bonito el centro histórico de la ciudad, que las autoridades locales han decidido proteger y preservar su belleza cerrando toda la zona al tráfico.

Tomaos vuestro tiempo para visitar este fascinante lugar, donde importantes evidencias del rico pasado de San Galo se mezclan con la vibrante vida de una moderna ciudad universitaria.

San Galo y su centro ofrecen numerosas ideas para los visitantes que desean divertirse entre una visita y otra… Y aquí, por el momento, termina nuestro viaje por las maravillas de Suiza. ¿Conoces otros lugares que consideres dignos de visitar en el noroeste de este pequeño pero encantador país? ¡Hacednos saber vuestra opinión comentando en la web de Meeting Halfway o en nuestras redes sociales!

Autora

Alessandra Ivaldi (Italia)

Habla: Italiano, inglés, alemán, francés

Europa es... patrimonio cultural

sitio web: https://iva1794.wixsite.com/home

Traducción

Ricard Lluc (España)
 
Estudios: Ciencias Políticas
 
Lenguas: Valenciano, Castellano, Italiano, Inglés y Francés
 
Europa es... el futuro.

Author: alessandra

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